viernes, 12 de enero de 2018

RECONOCIMIENTO DE UNA COBARDÍA






Simplemente quise conocerte.
Me acerqué, ¿por qué negarlo?
Mi corazón sonaba
en mis sienes,
en mi pulso
y en los repliegues de mi alma.
Simplemente quería conocerte.
Me acerqué.
No sé cómo, pero me decidí.
De pronto fui consciente
de que mis pasos
hacia ti me encaminaban.
Dude si detenerme
y marchar hacia atrás.
¡Pero seguí!
Cuando te tuve cerca,
cuando podía tocarte,
cuando mis manos
podían detenerse en tu pelo,
quedé paralizado.
Me miraste… y esperabas.
Seguías mirándome
y yo permanecí mirándote.
Se fue yendo la luz,
fue yéndose la tarde
y tras el sol tú te desvaneciste.
Hoy no contemplo el sol.
Tan solo me contemplo
con luz morada de luna derrotada.
Pudo ser y, sin serlo,
en mis pasos dejaste
polvo de estrellas y cenizas de sueños.
A la luz morada de la luna
te veo y no te tengo
y despierto te sueño.
Simplemente quise conocerte.
Me faltaron agallas.

José Luis Molina.
                     11 de enero 2018



No hay comentarios: