jueves, 6 de julio de 2017





 


PENSAR SIEMPRE ES BUENO, aunque no le guste al gobierno y a los que mandan:


- "¿Cómo te llamas ?"
- "Me llamo Juan, señor."
- "¡Vete de mi clase y no quiero que vuelvas nunca más !" - gritó el desagradable profesor.

Juan estaba desconcertado.  Cuando reaccionó se levantó torpemente, recogió sus cosas y salió de la clase. Todos estábamos asustados e indignados pero nadie dijo nada.

A continuación dijo el Profesor:

- "Está bien.  ¡ Ahora sí !  ¿ Para qué sirven las leyes ?..."
Seguíamos asustados pero poco a poco comenzamos a responder a su pregunta:
- "Para que haya un orden en nuestra sociedad".   "¡ No !" contestaba el profesor.
- "Para cumplirlas" "¡ No !"
- "Para que la gente mala pague por sus actos"  "¡¡ No !! ¿¿ Pero es que nadie sabrá responder esta pregunta ??" ...
- "Para que haya justicia", dijo tímidamente una chica.

- "¡ Por fin !  Eso es... para que haya justicia.   Y ahora... ¿ para qué sirve la justicia ?"


Todos empezábamos a estar molestos por esa actitud tan grosera. Sin embargo, seguíamos respondiendo: 

- "Para salvaguardar los derechos humanos" "Bien, ¿ qué más ?", decía el profesor.
- "Para discriminar lo que está bien de lo que está mal"... " Bien, seguid... "
- "Para premiar a quien hace el bien."
-" Ok, no está mal pero... respondan  a esta pregunta:  ¿ Actué correctamente al expulsar de la clase a Juan ?..."

Todos nos quedamos callados, nadie respondía.

- "Quiero una respuesta decidida y unánime", insistió el Profesor.
-" ¡¡ No !!" - dijimos todos a la vez.
- "¿ Podría decirse que cometí una injusticia ?"
- "¡¡ Sí !!"

- "¿Por qué nadie hizo nada al respecto?  ¿Para qué queremos leyes y reglas si no disponemos de la valentía para llevarlas a la práctica? Cada uno de ustedes tiene la obligación de actuar cuando presencia una injusticia. Todos. ¡No vuelvan a quedarse callados nunca más !"
- "Vete a buscar a Juan" -  dijo mirándome fijamente.

Aquel día recibí la lección más práctica de mi clase de Derecho. Cuando no defendemos nuestros derechos perdemos la dignidad y la dignidad no se negocia.


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