domingo, 23 de octubre de 2016

VENGA TU REINO


Y no es lo malo lo  que llegó, sino que continúa y, parece ser,  no hay mucha gente con ganas de otra cosa:

Desde la mitra, el clero y la Institución solo se pone el acento en que no desaparezca  aquello que da clientela, aunque todos estamos convencidos de que no vamos a ninguna parte. Hay primeras  (no muchas más) comuniones, bautizos con niños sin uso de razón y padres y padrinos que les tiene sin cuidado los criterios del Reino. Pero, eufemísticamente, se justifica argumentando que no se puede negar ni erigirnos en propietarios. Planteamientos en función de crecer para ese Reino, de apostar por él, de comprometerse en construirlo, en hacerlo posible, no interesan. Y lo sabemos. De todos es sabido. Pero hay que seguir intentando salvar el barco aunque no vaya a ninguna parte.

El poder, las autoridades, hacen declarar  la laicidad pero hacen opción por lo políticamente oportuno, conveniente y popular y apoyarán todo lo que les pueda ser rentable. Pondrán en los lábaros de sus huestes todos los signos cristianos que convengan para seguir repitiendo una victoria del Puente Milvio y promulgando, en Milán, todos los edictos que sean necesarios. Y se tocarán las campanas, se sacarán los palios si hacen falta y se decretará, oficialmente, que son señales de que el reino va llegando en silencio, de forma imperceptible. Pero no nos engañemos, seguiremos utilizando las lentejas bien guisadas para vender los derechos.

Habrá acalorados razonamientos para justificar y defender el mantenimiento de estas "costumbres cristianas". Los padres, los novios, ... pondrán empeño en conseguir lo que quieren. Intentarán  las trampas que sean necesarias, pero no les hables del Reino. Tienen que hablar con el lugar de las recepciones, la floristería, etc. Es de mal gusto, que estropea las magníficas fiestas, mezclar todo esto con la opción por los pobres, la justicia, las reivindicaciones,  la nueva humanidad posible que el Papa Francisco propone en la Laudato Sí. Pero a quién le interesa eso. Francisco queda bien para citarlo, para hacer un guiño populista, .. pero no para mucho más. Total, por la edad, es posible que no dure mucho y después, casi seguro, volveremos a lo de siempre.

Hay otros, con voces de profetas, que denuncian todo esto, que dicen es mentira y desentrañan la farsa. Por eso rompen porque no quieren ser cómplices. En estos podía posarse la esperanza de  que llegara el Reino. Pero, ¡qué va!. Permanecen al margen justificados por todo lo anterior pero, cuando el asunto les toca de cerca, entran igualmente en el juego. Se justifican de que, como no le dan valor, tampoco van a complicarse la vida por ello. Pero han perdido un sustantivo importante:la coherencia.

En fin, cuando escribo esto, me siento un tanto desinflado. Rezar el Padre Nuestro y pedir venga tu Reino me parece importante. Pero: ¿nos interesa? Creo que desde esta sociedad que tenemos, no.

Menos mal que hay por ahí, algún que otro Francisco (el de Asís, el de Argentina, ...) el Mujica de Urugay, y otros que se lanzan al Mediterráneo para proteger a aquellos a quienes los poderes que invocan tu reino los han condenado para que sean carnaza. Muchos, cuyo D.N.I. no ha sido fichado.
Creo que por ahí, por caminos similares, sí está llegando el Reino. Estos dan sentido a la Fiesta de los Santos

¿Quién se apunta?

José Luis Molina

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