viernes, 12 de agosto de 2016

¿HACER TURISMO EN ECUADOR HOY?

Durante tres días hemos hecho un recorrido rápido por la provincia de Manabí para tener la experiencia 'in situ' de la catástrofe del terremoto del pasado abril.
Me pongo a hacer esta pequeña crónica dudando si tiene sentido, consciente de la impotencia de las palabras y de mis palabras.
Pero creo tengo esa deuda con todos los que fuisteis respuesta y aportación ante la propuesta que se suscitó desde la Asociación Inti-Ecuador de El Bosque e Intiruna, desde Quito, inmediatamente después de producirse la catástrofe.

















Y, ¿qué contarles?
Empezaré por decirles que de Pedernales,  una localidad turística por su playa, de unos 50.000 habitantes, no queda nada. Ya los escombros han sido retirados mayoritariamente. Solo quedan unas pocas casas de cañas y algún que otro edificio alto esperando sea demolido pues no es recuperable. La Iglesia, en otro tiempo luciendo hermosa en el parque central, con bellos mosaicos, aparecía solo con el armazón metálico de su estructura como si se tratara del esqueleto de un dinosaurio.


La gente, todos en la calle. No tienen donde estar. Yo conté, al menos, cuatro grandes zonas que el gobierno ha allanado, dotado de agua, luz y sanitarios, protegidas por mallas y por agentes de seguridad y donde se han instalado carpas familiares donadas por la cooperación solidaria internacional: UNICEF, Japón, etc.


Es verdad que el Gobierno se está moviendo e involucrando, a mi juicio, bien. En esa zona se está en plena época de clases y, prácticamente, se ha conseguido dar cobertura a toda la población estudiantil, 





centros de salud de campaña, etc. Los niños siguen jugando en la playa (menos mal que el impulso vital infantil es más fuerte que el miedo), pero no así los adultos. Todo son puestos ambulantes en el suelo, en las veredas, o chiringuitos precarios en medio de solares de desolación y de recuerdos de horror.


La localidad, fuertemente turística, ahora no tenía donde ofrecer alojamiento. Así que salimos de Pedernales por la histórica y turística ruta del Spóndylus. (1)

La magnífica carretera de hace tan solo cinco meses, arteria esencial para potenciar el desarrollo turístico de la zona como empeño claro del gobierno, estaba hecha pedazos. Aunque de inmediato se inició y se continúa la reconstrucción, aun es lamentable contemplarla: Enormes grietas, deslaves, corrimientos de enormes planchas de asfalto, puentes que quedaron para hablar de ellos, pero ya no estaban. ¿Se puede echar el tiempo para atrás? Creo que sí. Yo me situaba en los hace 20 años, cuando llegué a Ecuador.


Estatuillas cultura Jama - Coaque

Jama, epicentro de la cultura precolombina Jama-Coaque, me evocó a Gabriel García Márquez. Como me contaría el trabajador de la gasolinera, " las casas de cañas y tablas, temblaban, pero aguantaron. Las buenas, las de bloques y cemento, se vinieron abajo". Y al recorrer sus pocas calles polvorientas, era eso lo que se veía: Desvencijadas casas de cañas, solares de escombros esperando, parecía, comenzara el rodaje de "Crónica de una muerte anunciada" o cualquiera otra historia de Macondo. Y, solo coincidencia, en este recorrido por sus calles, entre el vacío de casas desplomadas, aparecía una loma en las afueras del pueblo y, en ella, el cementerio.
El museo de la cultura Jama-Coaque, el municipio, el parque central, la iglesia, esperando turno de reconstrucción tras las de los vecinos que , igualmente, convertían las desoladas calles en mercados donde llevar  los productos de subsistencia.
Pasé por el lugar donde estuvo el establecimiento donde comí en mi visita anterior a Jama y tomé un rico helado. Ahora solo había un solar y unos perros olfateando sin perder la esperanza de encontrar algo donde solo quedaba desolación en los recuerdos que se evocan, y eso no sirve ni para que coman los perros.


Bahía de Caráquez, la altiva Bahía, cuna de otra cultura precolombina, que levantaba sus ostentosos edificios de apartamentos para turistas, era una ciudad fantasma, una ciudad apocalíptica. 


Primero tendrá que desaparecer haciendo que sus edificios, ya meros espectros desmantelados de lo que fueron, se desplomen para que surja otra nueva Bahía. Mientra el puente, que los enemigos del avanzar ecuatoriano dijeron "sería más fácil que un burro volara que el que se consiguiera lograr el puente", este puente aguantó el cataclismo y sigue uniendo sereno las ruínas de Bahía con San Vicente.


Por último, Manta y Portoviejo:  Tal vez menos golpeadas o presentando menos ostensiblemente los efectos del cataclismo inmersos en la vorágine de de población humana y urbana, pero con los que te tropezabas en cuanto caminabas y te detenías a contemplar las calles y los edificios.

Tras este periplo, pensaba:

* Bienvenida la ayuda internacional, pero la reconstrucción está esperando para recuperar los, por lo menos, 20 años perdidos.

* Bravo a la política del Gobierno generando medidas políticas de solidaridad y afrontando problemáticas esenciales y urgentes: vivienda, comunicación, rehabilitación física y psíquica de la población, etc, porque ellos siguen viviendo

*  Magníficos los sentimientos de solidaridad surgidos en la población ecuatoriana  y de otros países. La solidaridad no es consecuencia de la lástima, sino de la justicia.(2)

Esto es lo que he visto.
Y lo que he visto os lo cuento.
No caigamos en el cahuvinismo.
En estos momentos, Ecuador es una tierra azotada. Y los azotes son siempre destructores.
Por eso Ecuador necesita de personas que se comprometan con la reconstrucción más allá del lucimiento.

       José Luis Molina

(1) Spondylus es un género de moluscos En el área Andina Central las conchas de Spondylus fueron llamadas "mullu" y fueron utilizadas como símbolo femenino de fertilidad en Chavín de Huantar. Durante el imperio Inca el mullu fue marcador de lluvia y era el alimento de deidades relacionadas con el agua. Como los Spondylus no pueden vivir en la costa peruana, el hecho que haya Spondylus en contextos arqueológicos del área Andina Central demuestra un contacto con culturas ecuatorianas. Fuero utilizados como "moneda de cambio" para comerciar.

(2) Aprovecho para informar que, posteriormente a la colecta realizada, y de la que se informó oportunamente a través de este medio, se recogieron 545 dólares para el mismo fin de respuesta a la catásrofe del terremoto

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