martes, 12 de agosto de 2014

MIGUEL PAJARES

Ante la muerte del sacerdote Miguel Pajares, misionero de la Orden hospitalaria de San Juan de Dios en Monrovia (Liberia), contagiado por ébola debido a su tarea.
Yo, como misionero aquí, en Ecuador, (aunque en otro quehacer), sintiéndome impactado no solo por él sino por el valor y la entrega de tantos otros, religiosos o no, creyentes o no, pero seres humanos que para mi son referentes del Dios en quien creo.

No te conozco,
pero eres mi hermano.
Unidos por la fe,
por Jesucristo,
teníamos en común
que descubrimos
como respuesta "al otro".
Una lágrima,
ardiente y amorosa,
irrumpe de mis ojos
y cae por mi mejilla
para regar, ¿qué tierra?.
La tierra de la que has partido
lleno de eternidad.
Siento el dolor,
me duele tu partida,
pero a la vez la vivo
rumiando su sentido.
Frente a tanto oropel
en mitras y varales
y oro hecho custodia
que aprisiona
el dinamismo vivo,
me encuentro con tu vida
haciéndose encarnadura en el enfermo.
No me produce contento el desenlace,
pero si la alegría serena
(si usar esa palabra es permitido)
del final de tu opción.
No es heroica tu muerte,
es consecuencia
de lo verdaderamente heroico,
tu vida, como la de otros muchos,
cristalizada hoy en ascensión definitiva.

José Luis Molina

1 comentario:

Anónimo dijo...

Es injusto que otros por no tener pasaporte español no hayan tenido la oportunidad de intentar se curados. Son las leyes de un mundo injusto. También es injusto que este poema no de la vuelta al mundo por no ser comercial. Este poema debía ser oído por muchos, pero muchos no lo leerán. ¿Tendrá sentido este poema? Mucho, mucho, sin ser leído por muchos, tendrá mucho sentido; es el sentido fundido en el SENTIDO. Miguel