sábado, 24 de agosto de 2013

Un cuentito: UNA VEZ MÁS, ¡NO!



Pues, una vez más, Caperucita se estaba colocando, frente al espejo, su poncho rojo para ir a casa de la abuelita.
Una vez más, su mamá le decía que fuera precavida, que previera las cosas, que no se confiara y que siempre fuera consciente de sus actos.
Y una vez más, Caperucita, con mal disimulado fastidio, trataba de aguantarse porque, una vez más, se le iban y se le venían las ganas de responder que ya sabía todo eso, que con ella no había problema.
Pero esta vez no era una vez más. Fue por última vez. Porque Caperucita no se había dado cuenta  y cuando lo hizo ya fue tarde. No estaba frente al espejo sino frente a la ventana. No era su imagen de Caperucita lo que veía en el espejo. Era el lobo disfrazado de Caperucita quien estaba al otro lado.
Caperucita no encontró a la abuelita, al cazador,   estaba ella sola. Su mamá tampoco estaba: ella la había echado del espejo donde creía mirarse.

¿Qué resultado tendría afrontar las consecuencias que la propia realidad imponía?
Si quiere responder se lo agradezco. Hágalo en el comentario

José Luis Molina

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