jueves, 19 de julio de 2012

ARCADAS, VÓMITOS Y LA CODICIA IMPÍA COMO MOTOR DE LA HISTORIA


NB.- Este artículo me parece interesante y por eso lo cuelgo en nuestro blog. Me parece interesante por su contenido y porque en él hay apuntes muy significantes de la ética desde la que nos movemos y la inmoralidad a la que nos hemos acostumbrado, no decimos nada, etc. (Racimos de muerte con una estética atractiva, manipulación de la realidad, la información, la política,... en aras de lo único que importa: los beneficios económicos. Y sin caer en el tremendismo, ¡darnos cuenta que en semejantes manos estamos!. Ante esto creo que hay demandas que no nos pueden quedar indiferentes y debemos buscar caminos de rebelión, lucha, lo que sea menos el conformismo y la carlatanería.
José Luis Molina


Salvador López Arnal

Corre por la red esta información.

Érase una vez un comerciante de armas cuya empresa –Instalaza- fabricaba bombas de racimo. Las vendían al gobierno de su propio país.

Este, su antiguo país, el nuevo protectorado alemán, firmó en su momento un convenio internacional –el Tratado de Dublín- que prohibía el uso de esas bombas. Las dejó de comprar. Dio un paso adelante en este vértice; uno de los pocos.

El “comerciante” no se cortó ni un pelo, los negocios son los negocios y el euro es el euro: denunció al gobierno, a su propio gobierno. Por desagravio (“por la prohibición del uso, almacenamiento y fabricación de las bombas de racimo en España”). El 31 de octubre de 2011 (De hecho, Instalaza había anunciado en mayo de 2011, cuando el comerciante en armas era su representante, que pediría una compensación económica al Ejecutivo en concepto de "daño emergente y lucro cesante". ¿Ven el pareado?).

El patriotismo tiene sus límites: los dignos y necesarios beneficios empresariales.

Pero he aquí que hubo un cambio de gobierno a finales de 2011. El nuevo presidente –“nuevo y “presidente” son aquí palabras carentes de precisión- nombró al comerciante ministro de Defensa.

¿Y qué paso?

Pues que, como en la transformación de La metamorfosis, “el comerciante, transmutado en ministro”, pagará a su antigua empresa -¿antigua?- la indemnización correspondiente. Nada, una propinita: 40 millones de euros, el salario anual sumado de los 1.000 enseñantes-interinos que serán despedidos en Catalunya por el Departament d’Educació.

En síntesis:

El Ministro de Defensa de España (y V de Alemania), don Pedro Morenés, pagará 40 millones a su antigua empresa por haber prohibido el anterior gobierno de su Reino de España las bombas de racimo.

El currículo del señor ministro: fue consejero de Instalaza entre 2005 y 2007. Después ocupó el cargo de representante hasta el 4 de octubre de 2011.

Para cubrir el lado salvaje y la motivación real de la operación, Instalaza venderá la deuda a una tercera empresa. Esta a su vez la revenderá a una cuarta o tal vez a una quinta. Finalmente, por arte de transformación y contabilidad creativa, el Ministro abonará la cantidad. ¿Y qué dirá-dirá? Lo han adivinado: que no es su empresa la que cobra. Luego se limpiará las manos.

PS. La información señala un punto que no debemos olvidar. Las submuniciones esparcidas por las bombas de racimo tienen un rango de error entre el 5% y 30%. Pueden quedar bombas enterradas, sin explotar, siendo muy peligrosas incluso mucho tiempo después de terminada la guerra.

Especialmente para los niños y niñas: por sus formas llamativas (como pelotas de tenis o latas de refrescos). Un genial diseñador aconsejó ese formato: los negocios son los negocios y la estética del capitalismo militar es la estética del capitalismo realmente existente.

Rebelión ha publicado este artículo con el permiso del autor mediante una licencia de Creative Commons, respetando su libertad para publicarlo en otras fuentes.


Un poco sobre Salvador López Arnal:
Profesor-tutor de Matemáticas en la UNED y enseñante de informática de ciclos formativos en el IES Puig Castellar de Santa Coloma de Gramenet (Barcelona).
Colabora normalmente en la revista "El Viejo Topo" y es coguionista y coeditor, junto con Joan Benach y Xavier Juncosa, de "Integral Sacristán" (El Viejo Topo, Barcelona, en prensa)



1 comentario:

Anónimo dijo...

José Luis:
Tu llegada tiene "pie firme".
Es importante que al enfrentarnos con la realidad que encierra este artículo, lo hagamos desde las demandas que tú nos invitas a tomar en cuenta: no caer en el tremendismo, no quedarnos indiferentes, buscar caminos de rebelión, lucha, lo que sea menos el conformismo y la charlatanería.
Al terminar de leer este artículo, me pregunto con rabia e impotencia:
¿Por qué se le llama: El Ministro de "DEFENSA"(¿a qué "defensa" se hace referencia?) de España, don Pedro Morenés,¿acaso no sería acertado: Ministro de "DEFENSA DE LA MUERTE", "empresario" de LA GUERRA Y LA AMBICIÓN? Está claro que la "carrera" de Pedro Morenés ha estado desde siempre metida de lleno en el negocio del armamento militar.
¿Por qué pagar a una empresa una cantidad cuantiosa y determinada por la propia empresa INSTALAZA? Hoy sabemos que Instalaza venderá la deuda a una tercera empresa que a su vez la revenderá, finalmente, el Gobierno pagará alegando que no es una empresa de armas la que cobra. ¿De dónde saldrá esa millonada?, ¿saldrá de los impuestos de los habitantes de España?, ¿por qué no se hace recortes también en este ámbito?. ¿Hay que indemnizar por hacer cumplir la ley a una empresa que pasa por en cima de una resolución sobre armas prohibidas por la ONU? Pagar esta indeminización es una genial estética del capitalismo militar, despiadado y deshumanizante.

Gracias por facilitarnos esta realidad que nos hace quitar la mirada de nuestros propios ombligos.
Anita