viernes, 27 de mayo de 2011

EN EL RETORNO




Ayer, mientras regresaba después de haber estado acompañando a Gonzalo López Marañón en la Alameda en su tercer día de ayuno, y de haber celebrado la Eucaristía allí, con él , mi mente, y reconozco que mi corazón, me colocaban en una situación de dolor íntimo, profundo, pero real.


No es fácil celebrar al Dios de la vida, al Dios que opta por la vida y defiende todo lo que es vida y vida en plenitud (Jn 10,10) en una situación en la que, desde el mismo nombre de Dios se atenta contra esfuerzos, tareas, luchas y esperanzas de vida como es, en este caso, la Iglesia de Sucumbíos, iglesia constituida no por jerarquias, sino por "bautizados".


Y es que me duele la Iglesia porque la amo y soy miembro de ella. En el caso de Sucumbíos, de Gonzalo López Marañón y de los seis Carmelitas expulsados, me duele por los siguientes motivos (y este dolor por la Iglesia, en este caso, lo hago recaer como responsabilidad de la institución y sus responsables máximos).- Me duele la Iglesia:


* Por su ingratitud al ser incapaz de reconocer y valorar los años y años de construcción de Iglesia-Comunidad al servicio del Reino.


* Por su torpeza a la hora de como ha conducido el asunto. Creo que esta torpeza es la máxima responsable del conflicto social y religioso levantado


* Por la crueldad y la falta de humanidad con la que se ha tratado a Gonzalo despidiéndolo de forma que ni los no creyentes se suelen permitir.


* Por el silencio cobarde de los compañeros de Gonzalo. Me da la impresión como si este hombre , durante todos estos años, no hubiera tenido compañeros de camino en el episcopado, cosa, por otra parte, no nueva (recordemos el caso de Proaño)


* Por estar intentando, descaradamente, cargarse el Vaticano II potenciando ciertos actores eclesiales y ciertas tendencias en abierta contradicción con los documentos y orientaciones que de él emanan.


* Porque interesan más los "intereses" institucionales que la fidelidad al Reino y se funciona más por cánones que por Evangelio y es el servicio al Reino la razón de ser de la Iglesia.




Pero, en fin, cerca ya de Pentecostés, quiero reafirmar mi fe en el Espíritu para no caer en la desesperanza.




José Luis Molina


1 comentario:

Anónimo dijo...

A los que interese les apunto aquí el link que da noticias diarias sobre el ayuno de Monseñor Gonzálo López
http://isamis2010.blogspot.com/

MT.