Aunque muchos quisieran el olvido para él, aquellos que predican una fe encerrada en rezos y sacristías y que condenan el compromiso social y político que nace de la fe, a pesar de ellos, ROMERO SIGUE VIVO no sólo "resucitando en su pueblo de El Salvador" sino en los PUEBLOS DEL MUNDO. Desde este convencimiento, esta experiencia y esta alegría grande, colgamos esta reseña. Suponemos que sin el beneplácito de aquellos sectores eclesiásticos que pretenden enterrar el Espíritu del Vaticano II, semilla para la santidad de Romero y tantos otros.
José Luis Molina
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El 12 de noviembre del 2010, a propuesta de El Salvador y con el copatrocinio de 45 paísesw, las Naciones Unidas (ONU) aprobaron por consenso declarar el día 24 de marzo "DÍA INTERNACIONAL POR EL DERECHO A LA VERDAD" de las víctimas. Todo un homenaje a Monseñor Romero que nos debe llenar de orgullo a los salvadoreños.
Y toda una sensación de que el mundo, de alguna manera, ha declarado santo a Mons. Romero. Ya no es sólo San Romero de América como con tanta sinceridad lo llama el obispo Casaldáliga, sino San Romero de las naciones del mundo. Incluso países de muy escasa tradición católica como Azerbaiyán o la india copatrocinaron la propuesta.
Pero el orgullo de tener a un Romero brillando entre las naciones debe traducirse en realidad El derecho de las víctimas a la verdad es de ayer y de hoy. Y la verdad no es únicamente esclarecer crímenes, sino también desentrañar todos aquellos pensamientos, razonamientos e intereses que nos puedan llevar tanto al crimen como al olvido de los débiles y pobres.(...) se trata de ir construyendo el tipo de sociedad que elimine las causas de tanto dolor injusto y devuelva al mismo tiempo la dignidad a las víctimas.
A las víctimas del pasado se les puede devolver su dignidad con la verdad y con el reconocimiento de su dignidad frente a la infamia de sus verdugos (...)
A las víctimas del presente hay que decirles también la verdad. Los niños que pasan hambre tienen que saber que cuando se consume más de lo que se produce, y que el ansia de consumir de muchos llena los bolsillos de muy pocos y genera diferencias escandalosas (...) llevando al olvido de los pobres y a la consagración de la impunidad tanto en casos de corrupción de funcionarios como en los múltiples delitos de la criminalidad que nos abate.
El reconocimiento de la verdad ante las víctimas tiene que llevarnos necesariamente a un cambio. Al final eso es lo que quería Monseñor Romero y eso es lo que buscan todos los que hablan del derecho de las víctimas a la verdad. (...)
Extracto de José María Tojeira, rector de la UCA
la vida hecha sendero
