lunes, 27 de septiembre de 2010

SEGUIMOS REFLEXIONANDO FRENTE A LA REALIDAD DEL CASO ARREGUI

Y esta vez nos ayuda, lo hacemos de la mano de Benjamín Forcano.





Benjamín Forcano , teólogo de la Liberación. Claretiano. Ha recibido bastantes "palos jerárquicos": Cerraron la revista "Misión abierta" que dirigía, metieron en el índice de libros prohibidos su libro "Nueva ética sexual", etc. Pero no se cansa de luchar por los más pobres del Reino y se mantiene firme en la amistad de Sobrino, Boff o Casaldáliga.






Un franciscano de verdad

Querido José Arregi: sé que, en estos momentos, no te sientes solo, pero debes saberlo y muchos nos adentramos en tu drama para compartirlo contigo. El drama viene de lejos y su historia en estos momentos nos recuerda a otros que han vivido similares situaciones.
A mi no me corresponde juzgar sobre nadie, pero la historia eclesial me enseña que los afectados acaban las más de las veces siendo sometidos, en medio de estremecida impotencia. Quienes “victoriosamente” representan al sistema no parecen mostrar signos de mucho pesar, pero les toca registrar acaso contra su voluntad la tristeza infinita de quienes, “vencidos”, se resignan a no levantar cabeza. El sistema es el sistema, y sus guardianes son sus guardianes, y no dudan en actuar con inalterable gesto. Como decía un experto vaticanista, en los teólogos de la curia romana la ignorancia se muestra en perfecta adecuación con la arrogancia.

Es por donde quiero acompañarte arrimándome fraternalmente a tu íntima soledad y libertad, porque , como dices en tu carta, “todo ser humano es señor de toda ley religiosa por sagrada que fuere”.
No te escribo para criticar a la Jerarquía ni recrearme en sus atropellos y contradicciones, aunque tenga que aludir a ella. Es inútil y , tanto como tú, ellos creen que obran en conciencia pero con una diferencia: la verdad de tu conciencia está subordinada a la de ellos; sólo la suya es válida y conforme a la ortodoxia católica.
No sé si tú, buen conocedor de las Escrituras, me permitirías aplicar las palabras de Jesús: “Os dejo dicho esto para que no os vengáis abajo: os expulsarán de la sinagoga; es más, llegará el día en que os maten pensando que así dan culto a Dios. Harán eso con vosotros porque no nos reconocen ni al Padre ni a mí” (Jn 16,1-4).

No me extraña que este punto, a quienes lo analizan, les parezca indescifrable. ¿Por qué el sistema se cree con derecho a todo, a desoír la razón, la ciencia, el derecho, la fraternidad, el diálogo, la humildad y al mismo Nazareno?

No sé por qué me vienen a la mente las palabras del jesuita sin papeles Díez Alegría: “Por parte de la Iglesia el secuestro de Jesús ha consistido en quitarle de en medio para poner en su lugar a la Iglesia. A la operación han ido contribuyendo sobre todo los jerarcas y, en general, los “hombres de Iglesia”. Naturalmente el secuestro se ha realizado con guante blanco. Para poder llegar a Jesús hay que ir a ellos. (Que, luego, en el fondo casi no es llegar, porque los hombres de Iglesia están siempre al acecho para decirte que ellos dominan tu relación con Jesús y te lo quitan si tú no haces lo que a ellos les da la gana). En lugar de creer vitalmente en Jesús, lo que hay que hacer es “entrar en la iglesia”, sabiendo que los que allí se mueven son los hombres de iglesia. Ellos mandan. Con ellos hay que entenderse. A ellos hay que obedecer. De lo contrario, no hay Cristo que te valga, porque ellos son los amos y Cristo tiene que estar a lo que ellos digan”.( De su libro “Teología en broma y en serio, DDB, 1975, pp.50-51).
Me conmueve lo de que “contra tu intención primera”, tienes que abandonar la orden franciscana, hogar y familia tuyos durante 47 años. Pretenden –no sé si con algún temblor de corazón- anular lo que ha dado forma a tu vida, echarte al vacío, para que nadie, ni tú ni tus amigos, sepan lo que has vivido. ¿No habrán leído que por encima del dogma está la persona? “Id a aprender lo que significa corazón quiero y no sacrificio”.
Tú estas en una Orden, sin la cual tu vida sería otra, no te reconocerías. Y te empujan a salirte, desposeerte y aislarte, como a un leproso. “Agua sucia que contamina a los dentro y los de fuera”, subrayaba el obispo Munilla.
Está visto que a quien manda y es elegido para ello, se lo prepara para defender los privilegios de una iglesia clerical y asegurar la obediencia y no para anunciar el Evangelio y actuar libremente. A él le mandan y obedece, pero también él manda y es obedecido. Unos y otros, acaso frustrados por la despersonalización, se ven compensados por la erótica del poder. Una huida del yo íntimo que lo deja herido para siempre. Porque la persona está hecha para amar y ser amada y no para mandar y obedecer. Al fín y al cabo, nadie está sobre nadie y sobre todos está la norma del seguimiento del Nazareno, basada en el amor.

Obedecer sí, y también mandar, pero no mandar como quien ejerce dominio y dispone de otro con ciega voluntad. La autoridad cristiana es una mediación, una ayuda, que se nos da para llegar hasta Dios, mejor conocerle y amarle. La autoridad, comenzando por ella misma, no cierra ninguna puerta, sino que abre las antenas para percibir la voz de Dios, el Evangelio de Jesús que nos habla hoy de múltiples formas. Su misión es no acallar nada que pueda incluir o transmitir el Espíritu de Dios. Con los oídos y el corazón abiertos para escuchar, escuchar, aprender, y descubrir esa verdad divina que llega por el canal secreto de cada ser humano en la peculiaridad de cada época.
Ahí, en ese escuchar, todos somos hijos de obediencia y se nos acaban las ansias de erigirnos sobre los demás. Dios, no la voluntad de nadie, está presente en todos, nos ama y guía nuestros corazones para que evitemos el envanecimiento y dureza de corazón.

La coraza del sistema seca -¡cuántas veces!- las fibras del corazón, de modo que la humanidad , la amistad, la lealtad, la ternura, la compasión , la desgracia y el sufrimiento compartidos resultan extraños para quienes obrando así piensan “cumplir la voluntad de Dios, salvar la ortodoxia y asegurar el bien de la Iglesia”. “¿Quién de los tres se hizo prójimo del asaltado?, pregunta Jesús . Y el jurista : el que tuvo compasión con él. - Anda y haz tu lo mismo” (Lc 10, 25-37).
Tus entrañas de humano, tu proceder católico, es decir, universal, abierto, creativo, libre, fiel al Evangelio, les da en rostro y no lo toleran por no estar acreditado con sus sellos y autorizaciones. ¿Para qué si no están ellos?

En un sistema de poder, tan piramidal y absoluto como el de nuestra Iglesia, los funcionarios (del culto, de la teología, de la administración...) saben que, al ser elegidos, no pueden ser ellos ni obrar con autonomía. Entrar en el sistema y ser consagrados por él, equivale a dejar en manos de la autoridad la propia racionalidad y la libertad.
Intocable es el poder, no la dignidad y derechos de la persona.
Y donde rige el poder, rige la arbitrariedad; y donde rige el poder absoluto, rige la arbitrariedad absoluta.
Ibas como sintiendo que te llegaba irreversible el dilema: acatar el mandato o irte. Acatarlo, renegando de ti mismo, bendiciendo los dictados de la autoridad; o irte aguantando incluso que se haga oficial tu traición ( ineptitud) para el franciscanismo. Cualquiera de las dos opciones son crueles: ser fiel a tu conciencia y quedarte siguiendo la misma línea a lo mejor no lo ven incompatible con el franciscanismo, pero es desobedecer; irte, admitiendo de alguna manera que denuncias la traición de la Orden al franciscanismo, imposible de admitir por quienes de antemano se alistan con la Orden.
En todo caso, el traidor, hereje o inepto eres tú.
Pero, esta es una cuestión de poder, no de doctrina.
La conexión vertical de este poder cuenta para estos casos con el recurso al voto de obediencia. Sin mayor miramiento se desecha el espacio donde únicamente podría brotar la luz: el argumento, el diálogo, el discernimiento que llevarían a relativizar posturas y consolidar la convivencia fraterna. Pero, el poder en cuanto poder rehuye la razón, teme la crítica, odia al que lo cuestiona, no ama la verdad. Y, presintiendo la derrota, se escuda extrapolando el tema al terreno donde siempre vence: la obediencia.

Se somete la voluntad, pero no la inteligencia. El poder no compite en el terreno de la inteligencia: búsqueda, estudio, argumento, rigor, paciencia, moderación , humildad . Son otras sus armas.
El dilema se hace entonces contundente: dentro o fuera; si dentro, todo; si fuera, nada; si dentro: sumiso, fiel y franciscano con todos los derechos; si fuera: traidor, proscrito y sin derecho alguno. Toda una familia y un hogar tuyos, de años y años, anulados por mandato ejecutado subordinadamente.
¿O puede ocurrir querido Arregi que, aunque te nieguen las formalidades jurídicas del franciscanismo, (un franciscano sin hábito, un jesuita sin papeles, un... sin ...) te acogerán de por vida y con amor? ¿Cuáles serán los mecanismos secretos que moverán ahora los corazones de quienes han sido tus hermanos? ¿Aplicarán el amor o el anatema?
Mons. Munilla en reunión con el superior provincial y vicario de los franciscanos de Guipúzcoa, les dijo: “Debéis callar del todo a José Arregi. Yo no puedo, hasta dentro de dos años (hasta que haya tomado las riendas de la diócesis) adoptar directamente esta medida contra él. Pero ahora debéis actuar vosotros. Os exijo que los hagáis. Debéis destinarlo a América a trabajar con los pobres, como “medida de gracia”, como “ocasión de gracia”. Es agua sucia que contamina a todos , a los de fuera de la Iglesia al igual que a los de dentro”. A todos, también a los obispos, nos viene bien confrontarnos con las palabras de Jesús: “Vosotros os las dais de intachables ante la gente, pero Dios os conoce por dentro y ese encumbrarse entre los hombres le repugna a Dios” (Lc 16,15).
Arregi, antes que profesor de Sagrada Escritura, es persona y, en decir de todos los que lo conocen, se comporta dignamente como tal. No se considera por encima de nadie, tampoco por debajo; no desprecia a nadie y siente respeto por todo el mundo aunque no lo conozca.
A ese nivel, resulta incomprensible que otro hermano obispo acuda a su superior provincial y vicario para que lo reduzcan a silencio.
Arregui y Munilla muestran idéntico cuadro de dignidad personal. Entonces, ¿qué es lo que en su interior lleva a Munilla a ejercer su poder sobre Arregi como si de un objeto malvado se tratara?
Si Munilla piensa que está en la verdad obrando así, desatiende el principio de igualdad interpersonal. Si, además , se excusa de hacerlo él y exige a otros que lo hagan, elude su responsabilidad y, acaso, rehuye su propia conciencia. Si los superiores de Arregi acatan una intromisión episcopal arbitraria, demuestran plegarse al miedo y actuar sin libertad. La responsabilidad les exige ser leales con un miembro de su Orden, cuando otra autoridad lo quiere someter indebidamente. Ninguna persona tiene dominio sobre otra.

En esto son claras las palabras del Vaticano II: “La personal dignidad y libertad del hombre no encuentra en ninguna ley humana mayor seguridad que la que encuentra en el Evangelio de Cristo, confiado a la Iglesia. Pues este Evangelio proclama y enuncia la libertad de los hijos de Dios , rechaza toda esclavitud, respeta como santa la dignidad de la conciencia y la libertad de sus decisiones, amonesta continuamente a revalorizar todos los talentos humanos en el servicio de Dios y de los hombres. Y, así, la Iglesia proclama los derechos humanos y reconoce y estima en mucho el dinamismo de nuestro tiempo , con el que se promueve estos derechos por todas partes” (GS, 41).

Prosiguiendo en este nivel, Arregui es profesor de Escritura y, como tal lo acreditan sus estudios, títulos (Licenciado y Doctorado en Teología), clases (en Deusto, Vitoria, Pamplona) y escritos numerosos publicados. Munilla es licenciado en Teología y Espiritualidad y entró enseguida a ejercer de párroco hasta ser nombrado obispo en 2006. En principio, por el currículum, Arregi acredita enseñar y dominar mejor el mundo de la teología.
En las cuestiones debatidas, a uno y a otro les debe acompañar la competencia de otros teólogos con quienes tratarán de estudiar, dialogar y lograr acuerdos hasta donde se pueda. En ese ámbito, no hay más verdad o mentira (ortodoxia o heterodoxia) que la alcanzada por los métodos del saber exegético y teológico. Ningún teólogo tiene la verdad en exclusiva ni puede sentenciar declarando a otro como hereje .
En el nivel cristiano las cosas no aparecen tan difíciles si las tomamos del Evangelio y de los primero siglos. Casi hasta pasado el primer milenio, los cristianos tenían claro que la calidad de todos era la misma y se la medía por saber escuchar las palabras de Jesús, aprenderlas y cumplirlas.

La categoría que define a los cristianos es la de discípulos, bien en un sentido amplio (las multitudes que le seguían), bien en otro círculo más restringido (los llamados y enviados a prolongar su misión en todos los pueblos: todos los enviados= apóstoles ) y el grupo de los doce , que no representan a todos los que eran apóstoles. Los Doce existieron ciertamente en torno a Jesús y son plenamente identificables, pero su función histórica acabó con la cruz, dando paso a partir de la resurrección a una Iglesia que ponía en el centro a Jesús y no a la ley y que pasaba de un contexto judaico a otro más misionero.
El grupo de los siete recibió el encargo de organizar la Iglesia y, entre los que les rodeaban, -todos los enviados o mensajeros, llamados también apóstoles- hay obispos, suerte de inspectores laicos, que no necesariamente presidían la eucaristía. Lo que sí ejercían unos y otros eran diversos ministerios: de apóstoles, profetas, maestros o sabios, sanadores, organizadores, políglotas, etc.
Pablo no perteneció al grupo de los Doce, pero fue apóstol sin que fuera ordenado por nadie. Lo importante y común a todos los discípulos era el seguimiento de Jesús, en grado variable de cercanía e intensidad.
Prosiguiendo en este nivel cristiano nada más novedoso y radical que el pensamiento de Jesús acerca del adelantamiento de unos u otros en el Reino de Dios y la cuestión de considerarse mayores o menores. Debiera producirnos horror el solo intento de colocarnos por encima de los demás. Jesús es claro y terminante: “Yo, el Señor, estoy entre vosotros como quien sirve”, “El que quiera ser el primero, que sea esclavo de todos” .“Nadie entre vosotros permitirá que se le llame padre, maestro o preceptor”, “Vosotros sois todos, hermanos”.
La convivnecia fraternal entre unos y otros sólo es posible y se sustenta sobre la igualdad.
Te vas, querido Arregi, sin saber qué será de ti, seguro no obstante de que el Señor te cobijará y estará siempre contigo. Sobre ninguna otra piedra , en efecto, se ha edificado la comunidad eclesial y nadie sino El posee el señorío de nuestra vida.
El Señor nos hizo así: para ser sinceros , libres y coherentes. Y es lo que te permite dar el paso en paz. Otros pasos no ajustados a tu conciencia te hubieran roído el alma. Es donde hallo, sin pretenderlo, luz y fortaleza para decirte: ¡Bendito seas! La pérdida temida, se te convierte en ganancia: “El que pretenda poner su vida al seguro , la perderá; y, en cambio, el que la pierda, la recobrará” (Lc 17,33).
Paz, amigo y hermano. Pues el conflicto no alude a mayor o menor virtud, a más o menos fidelidad, a más o menor amor, sino a una disparidad en el modo de entender, formular y aplicar la doctrina del Nazareno en nuestro tiempo. Y, para tu consuelo, estás muy cimentado en las palabras del magisterio - el más solemne -, del Vaticano II:

- “Ante Cristo y la Iglesia no existe desigualdad alguna” (LG , 32).
- “Cada uno considere al prójimo sin exceptuar a nadie como “otro yo”, recordando las palabras de Jesús: Cuanto hiciereis a uno de estos mis mínimos hermanos , a Mi me lo hicisteis” (GS, 27).
- “Es absolutamente legítima la exigencia de autonomía, que no sólo reclaman los hombre se nuestro tiempo, sino que responde además a la voluntad del Creador”. (GS, 4).
- “Una nueva mentalidad científica modifica el ambiente cultural y las maneras de pensar, vinculadas al peso de las ciencias matemáticas, naturales, humanas y técnicas. Estamos pasando de una concepción más bien estática del orden cósmico a otra más dinámica y evolutiva, de donde surge una tan grande complejidad de problemas que están exigiendo la búsqueda de nuevos análisis y nuevas síntesis (Cfr. GS, 5 y 7).
- “Las recientes adquisiciones científicas, históricas o filosóficas plantean nuevos problemas que arrastran consecuencias para la vida y reclaman investigaciones nuevas por parte de los teólogos. Los teólogos pondrán empeño en colaborar con los hombres versados en otras disciplinas; poniendo en común sus energías y sus puntos de vista y respetando el método y exigencias propias de la ciencia teológica, deben buscar siempre el modo más adecuado para comunicar la doctrina con los hombres de su tiempo. En el cuidado pastoral deben conocerse suficientemente las conquistas de las ciencias profanas de modo que también los fieles sean conducidos a una vida de fe más genuina y más madura” (GS, 62).

PAZ. CONFIANZA. ESPERANZA.

¿Quién dentro de la Iglesia puede pronunciar anatema sobre otro por tratar de actuar según las pautas y espíritu del Vaticano II?
La paz del Señor, querido Arregui, es para ti el don y bendición del Señor. Has hecho, creo, lo que tenías que hacer, brilla en ti la bondad y la honestidad, y puedes estar seguro de que, aun “fuera” de la orden franciscana, tú eres franciscano de verdad y lo seguirás siendo para todos nosotros.
Recibe mi reconocimiento, ternura y estima fraternos.
Un fuerte abrazo

Benjamín Forcano


miércoles, 22 de septiembre de 2010

EL LLANTO


Dedicado a todos aquellos que creen creerse que llorando solucionan algo y a aquellos que con el llanto no buscan solucionar nada: sólo es expresión de su compromiso esencial con la vida

Inútil lágrima
aquella derramada
sobre el cadáver que se dejó morir.
Caerá estéril
y la arena estéril
la dejará filtrarse
a estériles subsuelos
de donde hierba alguna,
buscando el sol,
jamás emergerá.

Sólo la lágrima
que brota del esfuerzo,
del dolor hecho angustia
más allá del estómago,
de la decisión firme
de no ser aplastado,
ni vencido,
por la iniquidad
o el sinsabor amargo,
será semen fecundo
que preñará,
de arco iris y futuro,
al cósmico útero de la vida


José Luis Molina

domingo, 12 de septiembre de 2010

PROBLEMAS CON LOS COMENTARIOS (Editado)

Parece que los duendes siguen haciendo de las suyas.

Aunque ayer publiqué este mismo post indicando que los comentarios ya estaban abiertos, parece ser que siguen existiendo dificultades.

Les explico:
Los comentarios ahora no tienen ningún tipo de restricción, sólo con pulsar en el enlace que aparece debajo de cada entrada, les aparecerán distintas opciones para registrar su comentario.

Pero para registrar los comentarios, deben introducir la palabra que aparece en la imagen de seguridad (esas palabras retorcidas que figuran justo encima de un campo de texto y que a su lado aparece un señor en silla de ruedas).

Si dicha imagen con la palabra de seguridad no les aparece (a veces el sistema renquea un poco), recarguen la página preferiblemente pulsando las teclas Control + F5 (Si tienen windows claro, si no cada cual que busque su tecla de "recargar página" según su sistema ;-)

La intención de dicho proceso es cargar de nuevo la página, forzando a que no utilice la versión que tenga cada cual guardada en su PC, sino que vuelva a "traerla" de internet.

Bueno, si esto suena un poco a jerga de robots, ustedes me sabrán perdonar, lo importante es pulsar CTRL + F5 en el caso de que no puedan postear comentarios.

Bueno, si siguen apareciendo dificultades, Miguel y J. Luis me lo harán saber.

Ciao!!

- El webmaster -

viernes, 10 de septiembre de 2010

SIGLO XXI: SE SIGUEN CAZANDO BRUJAS

Con dolor grande, pero con profundo sentimiento solidario, transcribimos a continuación las declaraciones de José Arregui (ya hemos publicado algo sobre él y su situación bajo esta misma etiqueta)



En Intiruna sabemos sobradamente por experiencia propia de similar situación, y es doloroso ver como se repiten hechos incalificables.



Por eso junto con Arregui y otros muchos de similares testimonios, levantamos nuestra voz y proclamamos nuestra fe en Jesús de Nazaret como único Señor y rechazamos las mordazas que utilizan en su nombre. Y precisamente por esta fe nos sentimos impulsados a este grito de solidaridad con Arregui y condenamos todo procedimiento que , bajo hábitos religiosos y taimadas espiritualidades, no respeten los valores del Evangelio.



Intiruna está en España y está en América y nos duele, y desde ese dolor lo denunciamos, que la jerarquía utilice a los pobres de América para quitarse las piedras que encuentran en "sus zapatos". De eso también sabemos por experiencia.



Y no obstante que bueno sería mucha gente como Arregui en América.



Pero desde América y sus pobres donde en la actualidad vivimos nuestra fe tratando de servir al Reino, rechazamos esa utilización y pedimos respeto







José Luis Molina y Miguel Ángel Olmedo







José Arregui: "Voy a dejar la Orden Franciscana"




Franciscano sin hábito





"A mi obispo y hermano José Ignacio Munilla le deseo lo mejor"




José Arregui, 01 de septiembre de 2010 a las 15:30

En la iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sabía




(José Arregui).-Hace un tiempo que corrían los rumores como vuelan las golondrinas, tan rápidas y libres, sin otra guía que el certero instinto de la vida (por cierto, ¡cómo se han multiplicado las golondrinas en Arantzazu, y aún siguen criando! Dios os bendice). Pero una vez desatados los rumores, a veces inocentes, a veces intencionados, es más difícil detenerlos que detener el vuelo de las aves.
Pues bien, la noticia ha estallado en todos los sentidos y, en contra de mi intención primera, no puedo menos de confirmarla ya: voy a dejar la Orden Franciscana. De paso, pido disculpas por alguna declaración mía ambigua que algunos pudieron entender como un desmentido. No quería serlo.
Voy a dejar la Orden franciscana. Lo he meditado mirando adentro entre mis luces y sombras, mirando afuera la montaña y el cielo, y las golondrinas. Lo he compartido con las personas que más me quieren y en las que más confío. Lo he hablado con los responsables de mi provincia franciscana que son también mis amigos. Dejaré este Arantzazu del alma, donde he vivido 17 años de los 57 que tengo; dejaré la Provincia franciscana que ha sido mi familia y mi hogar desde los 10 años; dejaré la Orden franciscana que ha dado enteramente forma a mi ser. No diré que la decisión no me produzca dolor y vértigo, pero doy el paso en paz.
Era previsible desde aquel 23 de diciembre en que me impusieron y yo prometí silencio para un año. Y era irreversible desde aquel 17 de junio en que rompí mi voto de silencio porque, previamente, mi obispo había derogado las condiciones que lo justificaban. Tomé la palabra, no porque tenga algún mensaje profético urgente que pregonar, sino simplemente porque ya pasaron los tiempos en que la libertad de palabra pudiera ser impedida en la Iglesia de Jesús con pretextos de dogmas y magisterios.
Los dogmas y el magisterio no los puso Jesús. Muy al contrario, enseñó que no se ha de identificar la palabra de Dios con tradiciones humanas (Marcos 7,7-13), y denunció a los maestros de la ley que se apoderan de la cátedra y del magisterio (Mateo 23,2), prohibió tajantemente que nadie se llamara maestro o padre (Mateo 23,8-9), declaró solemnemente que "todo ser humano es señor del sábado" (Marcos 2,28), es decir, señor de toda ley religiosa por sagrada que fuere, y al sordomudo le dijo en arameo: Effeta, "ábrete", "escucha y habla" (Marcos 7,34).
Es más, y la Iglesia debiera reconocerlo ya sin más dilación: aunque Jesús hubiera establecido dogmas y magisterios -que ciertamente no estableció-, éstos no serían de ningún modo inamovibles, pues Jesús no tuvo otra ley ni otro criterio que el Espíritu de Dios, y el Espíritu es como el aire y el agua, y siempre se mueve. Y por si hiciera falta, lo dijo San Pablo: "Donde está el Espíritu de Jesús, hay libertad" (2 Cor 3,17).
Claro que la Iglesia, como todo grupo humano, requiere estructuras y un lenguaje más o menos común, pero las estructuras habrían de ser flexible y móviles, como todo lo vivo, y los dogmas deberían poder ser comprendidos y expresados en palabras siempre nuevas, como todo misterio; y en primer lugar debiera cambiar una Iglesia autoritaria en una Iglesia democrática, como la quiso Jesús.
Y la Iglesia, que se ha tomado tantas libertades para contradecir a Jesús, con mucha más razón debiera ser libre para secundar el Espíritu de Jesús. Basta conocer la historia para saber cómo han cambiado las cosas, o basta gustar del Espíritu de Dios para saber cómo han de cambiar. Quien no conoce la historia, que guste al menos del Espíritu; quien no guste del Espíritu, que conozca al menos la historia. ¡Cuán anacrónica y contraria al evangelio es esta idolatría de la doctrina que nos tiene amordazados!
Simplemente por eso dije: "No callaré". Y eso equivalía a una insumisión, y en la iglesia institucional que tenemos no hay lugar para insumisos, y yo lo sabía. Tampoco hay lugar para insumisos en la Orden franciscana que tenemos, y también esto lo sabía: los responsables franciscanos, aun en contra de su voluntad, y como única forma de evitar un grave conflicto interno, se verían obligados a exigirme sumisión a las órdenes del obispo. No he necesitado, pues, de grandes discernimientos: o acataba o me iba. Pensé que no debía acatar, para ser fiel al seguro Jesús, a mi insegura conciencia, a mi humilde misión, pero no quería ser así motivo de conflicto para los franciscanos, que son mis amigos y hermanos. La opción no era fácil, pero resultaba forzosa y simple.
Dejaré la Orden, y con ello pierdo mucho, pero quién sabe si, al final, el perder no será una ganancia también esta vez. Quiero escoger la vida con todos sus riesgos, incluida la palabra. No sé qué será de mí (¿quién sabe qué será de sí?), pero allí donde vaya Dios vendrá conmigo, y si en el camino me pierdo Él me encontrará. Quiero seguir siendo discípulo de Jesús de Nazaret, el hombre bueno y libre. ¡Oh, cuán lejos me siento de él! Pero él está cerca de mí, de ti. Jesús es el prójimo y todo prójimo es Jesús. Con él, como él, quiero seguir siendo Iglesia sin esas torpes dicotomías de clérigos y laicos, religiosos y seglares, fieles y herejes, creyentes e increyentes.
A mi obispo y hermano José Ignacio Munilla le deseo lo mejor, y pienso que lo mejor pasa por escuchar, respetar, secundar la voz de la inmensa mayoría de su comunidad diocesana, de la que seguiré formando parte activa. La voz de la comunidad es la voz del Espíritu, mucho más que la voz de Madrid o de Roma.
Ah, y quiero seguir siendo franciscano, un simple franciscano sin hábito. ¡Paz y Bien!




José Arregi




Para orar
Esta mañana enderezo mi espalda,



abro mi rostro,



respiro la aurora,



escojo la vida.




Esta mañana acojo mis golpes,



acallo mis límites,



disuelvo mis miedo,



escojo la vida.




Esta mañana miro a los ojos,



abrazo una espalda,



doy una palabra,



escojo la vida.




Esta mañana remanso la paz,



alimento el futuro,



comparto alegría,



escojo la vida



(Benjamín González Buelta, SJ)

lunes, 6 de septiembre de 2010

EN INTIRUNA LA FIESTA TIENE SABOR DE "NOSOTROS"

Y es que el domingo cinco de septiembre volvimos a tener una jornada festiva.
La causa el regreso de España de José Luis.

Por ello, después de la Eucaristía en el Centro Jesús de Nazaret del Rancho de Los Pinos nos fuimos al Parque Metropolitano del Sur para pasar juntos la jornada con este motivo.

Desde este lugar se contemplaba una hermosa panorámica del Valle de los Chillos.






Hubo dinámicas y juegos donde intervinieron grandes y pequeños y, también, los medianos lo que nos hizo sentirnos cercanos, juntos y









...dispuestos posteriormente a compartir entre todos la comida que cada uno llevó.









El regreso fue un poco precipitado porque nos visitó la lluvia, cosa nada rara, con aparato de rayos y truenos pero que no disminuyó en nada lo festivo del día

LES OFRECEMOS UNA MUESTRA CON ALGUNOS DE LOS TRABAJOS DEL TALLER DE PINTURA, TEJIDOS Y MANUALIDADES

























































sábado, 4 de septiembre de 2010

LOS VERANOS DE INTIRUNA. AGOSTO EN INTIRUNA. TALLERES DE VERANO


Ayer,en la Coordinadora de los Grupos de Fe, entre otras cosas, hacíamos revisión de los talleres realizados en agosto. Y entre las cosas que se dijeron estaban:

* Nuestra satisfacción por la consecución de su realización. Los de este agosto del 2010 ya son el quinto año consecutivo en el que se celebran. Se valoraba la capacidad para llevarlos a efecto gracias al esfuerzo de los componentes de Intiruna y a la gratuidad de quienes se ponen al frente de los mismos, sean mimebros de Intiruna o bien que, desde espacios exteriores, nos colaboran igualmente como voluntariado.

* Se valoraba que una institución como la nuestra, pequeña en si misma, sea capaz, ya durante cinco años consecutivos, de organizar a lo largo de todo un mes una serie de talleres de contenidos muy diversos que den respuesta a nuestros intereses y necesidades de formación y crecimiento.

* De ahí se estimó muy positivamente el contenido de los talleres, la asistencia de la gente y la realidad de que a ellos acudan personas ajenas que no son miembros de Intiruna. Igualmente se valoró todo lo que suponen de espacio de encuentro, de comunicación, etc.

Los talleres que se han realizado son:

* Los lunes Taller de Danza Indígena cuya ejecución corrió a cargo jóvenes miembros del Grupo de Derechos Humanos.








* Los martes y sábados Taller de Pintura siendo Marcia toca quien estuvo al frente del mismo























* Los jueves se ejecutó el taller Desentrañar un texto a cargo de Miguel Ángel Olmedo




































* Los viernes se celebraron los siguientes videoforums:


"El día de los cristales rotos" en torno al problema palestino-israelí, complementado con el power point Auschwitz-Gaza. Fue preparado y conducido por el Grupo de Valle del Sur

"Memorias de Quito", análisis crítico sobre la identidad quiteña y preparado y conducido por el Grupo de Derechos Humanos.


"La ceguera" basada en el libro de Saramago "Ensayo sobre la ceguera" a cargo del Grupo Nuevos Horizontes/San Blas


* Lós sábados un Taller sobre "Comunismo y Socialismo" a cargo de Mario Unda, Profesor de Sociaología de la Universidad Central.







*Los domingos:

Taller de plomería (fontanería) a cargo de Miguel Alquinga

Tejidos y bordados ejecutado por Carmen Castro

Manualidades asumida su realización por Lupe Vázquez.






Los miércoles se desarrolló un Taller sobre Liturgia a cargo de Miguel Ángel Olmedo. Este taller proponía la preparación de una Celebración. Esta se realizó el miércoles 1 de septiembre.

































Fue concebida desde nuestra experiencia comunitaria y como clausura de los talleres, enmarcando también la acogida de bienvenida a José Luis Molina que regresaba de España.






















Terminó con la interpretación de una danza de los componentes de este taller y un ratito de compartir lo que cada uno llevamos y embutidos y vino español que supo a poco.